Cercanía entre Rusia y China es un problema para EE.UU.

Cercanía entre Rusia y China es un problema para EE.UU.

CHINA. Antony Blinken llevará a cabo un viaje a Beijing en los próximos días, para lo que sería la primera visita a este país de un secretario de Estado de EE.UU. desde 2018, lo que representa un marcado contraste con lo que ocurrió en la capital un año antes.

En aquel entonces, el líder chino, Xi Jinping, dio la bienvenida al presidente ruso, Vladímir Putin, para la inauguración de los Juegos Olímpicos de Beijing: una reunión para entablar conversaciones y realizar una cena en honor a Putin, y declarar una asociación “sin límites” entre los dos vecinos.

Semanas más tarde, cuando los tanques rusos cruzaron la frontera hacia Ucrania iniciando una invasión que devastaría el país y provocaría una crisis humanitaria, los líderes chinos no dieron marcha atrás.

Aunque Beijing reclamó imparcialidad en el conflicto y no tener conocimiento previo de las intenciones de Rusia, también se negó a condenar a Moscú. En cambio, repitió los argumentos del Kremlin culpando a la Organización del Tratado Atlántico Norte, (OTAN) por provocar el conflicto, fracturando aún más las relaciones tanto con Europa, como con Estados Unidos.

Económicamente agotado por su ahora abandonada estrategia de cero COVID-19, Beijing ha estado suavizando su tono en asuntos exteriores y aumentando su diplomacia con los Gobiernos occidentales, dicen los analistas, en un intento por recuperar el terreno perdido y estabilizar sus relaciones.

En las reuniones con Blinken durante su viaje previsto para principios de este mes, así como con los líderes europeos que indicaron que podrían visitar China en los próximos meses, es probable que los homólogos chinos enfaticen sus antiguos llamados a una resolución pacífica y acentúen lo que afirman se trata de una «posición objetiva e imparcial» de China sobre el conflicto, dicen los analistas.

Pero si bien la óptica puede ser diferente respecto al mismo periodo del año pasado, el apoyo de China a Rusia, cuando se mide por su comercio anual, compromisos diplomáticos y programa de ejercicios militares conjuntos, cuenta una historia diferente.

Esas métricas muestran que, durante el último año, China ha continuado reforzando, no alejándose, de su asociación “sin límites”, una relación que se ha fortalecido en los últimos años y que, según los analistas, Beijing sigue considerando clave para sus objetivos fundamentales de mantener la seguridad nacional y hacer retroceder un orden mundial liderado por Estados Unidos.

“China es muy hábil para calibrar la narrativa según la audiencia”, dijo Alexander Gabuev, miembro principal de «Carnegie Endowment for International Peace».

Pero cuando se trata de los lazos de China con Rusia tras la guerra de Ucrania, “no veo ningún remordimiento”, sino que, agregó, “China se está aprovechando de las oportunidades que brinda esta crisis”.

Por su parte, la administración del presidente Joe Biden, desde los primeros días de la guerra en Ucrania, ha advertido al Gobierno de China de las posibles consecuencias de cualquier apoyo material a la invasión de Putin.

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