«Guayo» Galeano

«Guayo» Galeano

La historia de Honduras y específicamente de La Lima, Cortés, cuenta con este personaje: Eduardo «Guayo» Galeano, nacido en Erandique, Lempira, se le dio un cheque en blanco para dirigir la Comandancia de Armas, de La Lima, en los años treinta, cuarenta y cincuenta, del siglo pasado, cuando el país estaba bajo la dictadura de Tiburcio Carías Andino, y, en el mandato de Juan Manuel Gálvez.

Manejó con mano de hierro ese puesto, ciertas cosas son contradictorias en su forma de actuar; a la par de actuar con crueldad en muchas cosas, era seguidor de la Virgen de Suyapa, religioso, amante de los niños, de la música clásica, fuerte aportante del equipo Hibueras, es por ello que es tarea de siquiatras y de los profesionales de la psicología analizar esta personalidad.

En su gestión de mano de hierro se rodeó de personas que cumplían al pie de la letra sus órdenes, y mencionamos a continuación algunos: Peñón, Osorio, «Riverita», Durán, Gavarrete, Alas, Tablada, Rosales, Folgar. Casi todos aplicaban la «operación limpieza».

En una ocasión puso a pelear como fieras a dos mujeres: Santos, conocida como “Santona” y a Rubenia; cansado Galeano de las peleas verbales de ambas en el mercado y de las quejas de las dos ante él.

Una vez que concluyó la pelea dijo con su voz de muchachita: “así se hace justicia en este pueblo, hijos de p…, justicia que el cónsul de EE.UU. propone, La United Fruit paga, Carías ordena, y “Guayo” la aplica“.

Durante los primeros días de febrero, previos al día de la Virgen de Suyapa, y como homenaje a Ella, ponía a reventar cohetes, regalaba aguardiente, y, rapadura de dulce. Ponía a la Marimba América India, de su propiedad, a cantarle a la Virgen de Suyapa, varias veces al día.

Le gustaba que la marimba le tocara, El Danubio Azul, Cuentos de los Bosques de Viena. Admiró a Mussolini y a Hitler.

Cuando llovía y había lodo cerca de donde vivía, le gustaba lanzar monedas al suelo para que los cipotes se revolcaran en el lodo, tratando de agarrar las monedas, era feliz viendo ese show montado por él.

Durante la huelga de 1954, siempre estuvo a favor de la patronal, y, en una ocasión, por instrucciones suyas se masacró a un grupo de trabajadores que se metió a una milpa a buscar comida para los huelguistas.

En ese tiempo de huelga, impuso el toque de queda a partir de las diez de la noche; se iba en su motocarro a los campos bananeros a buscar lo que él denominaba comunistas, muchos que se capturaron nunca los volvieron a ver. Los trabajadores temblaban cuando escuchaban durante la noche en los campos bananeros su motocarro.

La mujer que le gustaba, ya fuese soltera, casada o comprometida, lograba lo que él quería de ella. A veces entre sus estrategias que utilizaba era capturar y torturar a su marido.

En La Lima no existía el color rojo, insigne del Partido Liberal, era prohibido pintar casa de rojo, vestirse de ese color, darle vivas al partido contrincante era fatal, muchos pagaron con su vida.

En una ocasión llego el Club Deportivo Vida a jugar contra el Hibueras, el uniforme de los ceibeños siempre ha sido el color rojo, los obligó a usar otro.

En Puerto Cortés, en una ocasión, la fuerza de seguridad golpeo salvajemente a un ciudadano de nombre Tobías Arzú, de la raza grarífuna, su amigo Cantarisio Arzú se llenó de cólera y dijo que armaría una revolución para terminar con los abusos en contra de su raza.

Para comprar armas, Cantarisio planificó asaltar el carro pagador de la compañía bananera, que llegaba al puerto, mala suerte, el vehículo iba custodiado por gente de «Guayo» Galeano, cuando la gente de Cantarisio entra en acción, es tiroteada y solo el gestor intelectual del atraco sobrevive.

Los ladrones y violadores los ponía a cavar su tumba, muchos de ellos hoy descansan en la parte de posterior de donde hoy es la Municipalidad de La Lima.

 

Por:Elmer Manuel Pavón

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