Honduras cierra el 2024 con 42,000 deportados y teme ola masiva con Trump

TEGUCIGALPA. Honduras finaliza 2024 con la cifra de 42,000 connacionales deportados desde Estados Unidos, en un año en el que las deportaciones han disminuido considerablemente en comparación con años anteriores.

Sin embargo, el país ya se prepara para enfrentar el posible impacto de una política de deportación masiva que podría entrar en vigor con la toma de posesión de Donald Trump como presidente de Estados Unidos en enero de 2025.

UNA DISMINUCIÓN EN DEPORTACIONES, PERO CON UN PRONÓSTICO INCIERTO

Wilson Paz, director ejecutivo del Instituto Nacional de Migración (INM) de Honduras, explicó que en 2024 se ha registrado un descenso significativo en el número de hondureños retornados desde Estados Unidos.

Este año el país cerró con 42,000 deportaciones, una cifra mucho más baja que los picos de hasta 110,000 retornos anuales que se vivieron en años pasados, afirmó Paz, quien destacó que las deportaciones de hondureños han mostrado una tendencia a la baja en comparación con otros países.

Según datos oficiales, Estados Unidos deportó a más de 700,000 personas a 155 países en 2024, con Honduras destacando por registrar los números más bajos de deportación en los últimos años.

Aunque esta es una buena noticia desde una perspectiva estadística, recordó que los migrantes no son solo cifras; son personas que contribuyen a la economía de Honduras, y también a la de Estados Unidos, puntualizó Paz.

MEDIDAS ANTE LA POSIBLE DEPORTACIÓN MASIVA

El gobierno hondureño ya está tomando medidas para mitigar los efectos de una posible ola de deportaciones masivas en 2025, en caso de que Trump implemente políticas migratorias más estrictas.

Paz dijo que están trabajando para ofrecer opciones a los hondureños retornados, para que puedan encontrar empleo digno en su país y no sientan la necesidad de emigrar nuevamente.

Este año, además de los hondureños deportados, Honduras ha atendido a más de 361,000 migrantes en tránsito, de diversas nacionalidades, que buscan llegar a Estados Unidos.

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La situación refleja la continua presión migratoria sobre los países del Triángulo Norte de Centroamérica, cuyas economías y sistemas de salud se ven desbordados por la cantidad de personas que intentan atravesar la región.

REACCIÓN DEL GOBIERNO Y DIPLOMACIA REGIONAL

Ante el anuncio de que Trump podría implementar políticas más agresivas de deportación al asumir la presidencia de EE. UU., el canciller hondureño Enrique Reina no descartó una solicitud conjunta de los países del Triángulo Norte (Honduras, Guatemala y El Salvador) para abordar la crisis migratoria.

«No descartamos la posibilidad de trabajar conjuntamente con otros países amigos, ya que la migración es un tema global. Estaremos dispuestos a colaborar con Estados Unidos en soluciones que permitan gestionar el fenómeno migratorio de manera humana y efectiva», indicó Reina, quien agregó que la embajada de Honduras en Washington, encabezada por el embajador Javier Bu, ya ha iniciado conversaciones con el equipo de transición de Trump para establecer una línea de comunicación sobre el tema.

HONDURAS LIDERA LAS DEPORTACIONES

Según un informe reciente del Servicio de Inmigración y Aduanas (ICE), Honduras lidera la lista de países con mayor número de órdenes de deportación pendientes en Estados Unidos, con un total de 261,651 connacionales que aún no han sido deportados, pero que están bajo orden de deportación.

En segundo lugar se encuentra Guatemala con 253,413, seguido de México (252,044) y El Salvador (203,822). En total, casi 1.5 millones de migrantes indocumentados tienen órdenes de deportación pendientes en EE. UU. desde el 24 de noviembre de 2024, lo que aumenta la incertidumbre en torno a la situación migratoria en Centroamérica.

EL FENÓMENO MIGRATORIO PERSISTE

A pesar de la disminución en las deportaciones, la migración desde Honduras sigue siendo un fenómeno preocupante.

Según la Comisión de Acción Social Menonita, entre 800 y 1,000 personas abandonan el país diariamente, siendo los jóvenes los más afectados por la falta de oportunidades.

Mercedes Pérez, representante de la Comisión, destacó que la migración hacia Estados Unidos no es el único destino: «Los jóvenes están migrando no solo a EE. UU., sino también a España y otros países de Europa en busca de mejores oportunidades», comentó Pérez.

Las causas de esta migración masiva siguen siendo principalmente la falta de empleo, la violencia y el desplazamiento forzado, además de los efectos adversos del cambio climático.

«El gobierno y el sector privado deben actuar con urgencia para crear más oportunidades laborales en el país. No podemos permitir que nuestra juventud siga abandonando el país debido a la falta de opciones», subrayó Pérez.

Con la llegada de un segundo mandato de Trump, la preocupación por las nuevas políticas migratorias que afecten a los hondureños se intensifica.

La posible implementación de reglas más estrictas y el regreso de la política de «tolerancia cero» generan incertidumbre tanto en Honduras como en el resto de la región.

«Este es un problema no solo de Honduras, sino de toda Latinoamérica. Cada gobierno debe tomar sus previsiones», concluyó Pérez.