Motagua acaba con los sueños del «Penta» y vuela con la 19

TEGUCIGALPA – La final del fútbol hondureño mantuvo a los aficionados al borde de la emoción hasta el último segundo, pero finalmente fue Motagua quien logró alzarse con el título, tras una serie de eventos inesperados y una acción definitiva.

La primera jugada de peligro vino a los pocos minutos del arranque, cuando Jorge Álvarez lanzó un pase largo al área rival, buscando a Michael Chirinos, quien llegaba con gran velocidad. Sin embargo, su control no fue el mejor, y el rebote le permitió a Cristopher Meléndez complicarse en el despeje, aunque Marlon Licona salvó la jugada en última instancia.

Minutos después, Moisés Rodríguez probó suerte desde fuera del área, pero su disparo se fue por encima de la portería rival, lo que demostró la ansiedad en los primeros instantes de la final. Mientras tanto, comenzaron a surgir las primeras amonestaciones, como la que recibió Marcelo Santos por una dura entrada contra el mediocampista Jorge Álvarez. Las tensiones comenzaban a elevarse, y el árbitro Said Martínez estuvo en el centro de varias polémicas, lo que aumentó la tensión en las gradas.

A mitad del primer tiempo, Motagua tuvo una oportunidad con un tiro libre ejecutado por Carlos Mejía. El balón se estrelló contra la red lateral de la portería defendida por Menjívar, lo que dejó claro que la precisión seguía siendo el talón de Aquiles para ambos equipos. Aunque Marlon Licona tuvo poco trabajo en el primer tiempo, una de sus intervenciones más destacadas fue ante un cabezazo rival lanzado a través de un libre indirecto, que supo controlar sin mayores complicaciones.

En el último minuto del tiempo reglamentario, la afición olimpista celebró un gol tras un pase al punto penal que Julián Martínez conectó y dejó a Jonathan Paz en una posición ideal frente a Licona. Sin embargo, el árbitro asistente levantó su bandera y, acertadamente, anuló la jugada por fuera de lugar, evitando que los olimpistas gritaran el gol que parecía ser el de la victoria.

La segunda mitad arrancó con otra polémica, cuando Said Martínez invalidó un gol de Sebastián Cardozo, quien no estaba en posición adelantada. A pesar de la protesta de los jugadores de Motagua, el árbitro mantuvo su decisión, lo que añadió más dramatismo a una final cargada de emociones y decisiones arbitrales controversiales.

A medida que el reloj avanzaba, la tensión era palpable. A falta de quince minutos para el final, un centro de Denis Meléndez que buscaba al recién ingresado Rodrigo Auzmendi, pero fue José García quien, en un intento de despejar el balón, metió el esférico en su propia puerta. El autogol fue el golpe definitivo para el Olimpia, que veía cómo se escapaba el pentacampeonato de sus manos.

Los entrenadores realizaron cambios estratégicos desde el banco, con Motagua buscando consolidar su ventaja y evitar cualquier posibilidad de empate. Mientras tanto, Pedro Troglio, entrenador del Olimpia, sabía que su equipo estaba a punto de perder una gran oportunidad de lograr el quinto título consecutivo. La tensión aumentaba con cada minuto que pasaba, pero finalmente, el marcador se mantuvo en 1-0 a favor de Motagua.

No faltaron los momentos de tensión, y uno de los más destacados fue el zafarrancho protagonizado por el preparador de porteros de Motagua, Hugo Caballero, quien tuvo un altercado con el banco de suplentes del Olimpia. La situación provocó la expulsión de Diego Vázquez.

Finalmente, Motagua celebró un título lleno de sufrimiento, pero también de justicia, después de una final que será recordada tanto por su emoción como por la polémica. El autogol de José García fue el sello de una jornada que dejó al Olimpia con las manos vacías y a Motagua con un título más en su historia.