Christopher Nolan revela cuál de sus películas es la más extrema según su visión creativa

ESTADOS UNIDOS. Christopher Nolan demostró a lo largo de su carrera una inclinación permanente por desafiar las formas convencionales de narración en el cine.
Desde los complejos saltos temporales de Amnesia, donde dos líneas de tiempo avanzaban en direcciones opuestas, hasta el enfoque hiperrealista que aplicó en «Batman«, y la arquitectura onírica de múltiples capas en Origen, cada una de sus obras empujó los límites de la estructura cinematográfica tradicional, según publicó «Far Out».
En este contexto, no sorprende que Nolan sea descrito como un cineasta radical. Sin embargo, en una reciente conversación con NJ.com, el director sorprendió al nombrar a Dunkerque como su creación más extrema y la que mejor representa su ambición de ofrecer una experiencia sensorial única.
A pesar del éxito mundial de películas como El caballero de la noche asciende, que recaudó 1,800 millones de dólares, y del prestigio crítico alcanzado por Origen, Nolan confesó que Dunkerque es la obra de la que se siente más orgulloso. Según explicó, su intención fue crear una película “muy intensa”, no un rompecabezas intelectual.
Este thriller histórico ambientado en la Segunda Guerra Mundial adopta una estructura narrativa singular que combina tres perspectivas simultáneas, cada una con su propia escala temporal: una semana en tierra, un día en el mar y una hora en el aire.
Esta innovadora técnica de montaje y superposición de tiempos busca que el espectador experimente de manera visceral la ansiedad y la urgencia vividas durante la evacuación de Dunkerque.
Nolan exploró recurrentemente la manipulación del tiempo en su filmografía, pero considera que Dunkerque es su aproximación más radical desde Amnesia. En sus palabras, se propuso alterar la sensación temporal del público sin sacrificar la comprensión de la historia. “Se supone que debe ser una experiencia muy intensa. No se supone que sea un crucigrama que tengas que resolver”, puntualizó el director británico.
El desafío principal fue lograr que esta estructura fragmentada no confundiera al espectador, sino que intensificara su inmersión emocional en el relato, una hazaña que Nolan considera una de las virtudes singulares del cine como medio de expresión.