ASJ: Impunidad por delitos ambientales en Honduras alcanza el 97 %
TEGUCIGALPA. Según un informe de la Asociación para una Sociedad más Justa (ASJ), la impunidad por delitos ambientales en Honduras alcanza el 97 %.
Explica que la principal fuente de emisiones de gases de efecto invernadero para el país, sigue siendo la generación de energía a partir de combustibles fósiles.
En 2022, Honduras fue el país más peligroso para personas defensoras del ambiente, registrando el mayor número de asesinatos per cápita, señala el texto.
El 2023 fue el año más letal del siglo 21 para Honduras en cuanto a incendios forestales, donde además la impunidad en los delitos ambientales alcanzó un alarmante 97 %, especificó la ASJ, durante la presentación de la sexta entrega de la serie «Estado de país 2024», dedicada al cambio climático.
La investigación de ASJ, a través del Instituto de la Justicia, indica que en 2023 Honduras sufrió 3,060 incendios forestales que devastaron 223,501 hectáreas, equivalentes a 858 campos de fútbol cada día. A medida que 2024 avanza, la situación no muestra signos de mejora, con 2,514 incendios ya registrados, lo que representa el 82 % de los ocurridos en todo el año anterior, provocando un aumento de las temperaturas e impactando en la salud de los hondureños, agrega el texto.
A pesar de que la principal causa identificada de los incendios fue la actividad criminal, constituyendo el 77 % en 2023, cuestiona que la falta de acciones judiciales efectivas ha impedido avances significativos en la lucha contra esta crisis; considerando que el Presupuesto de la Fiscalía Especial de Medioambiente representó en promedio el 0.6% del ejecutado por el Ministerio Público de 2019 a 2023.
Por otro lado, lamenta que los bosques también son amenazados por otras actividades humanas como la ganadería extensiva, infraestructura y agricultura, que en total provocan el 95 % de pérdida de la cobertura forestal.
«Si bien existen esfuerzos gubernamentales, los resultados no son suficientes si se pretende reducir los impactos adversos del cambio climático, así como cumplir con el compromiso ante la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (UNFCCC) de reforestar 1.3 millones de hectáreas a 2030. Una meta que, hoy, se avizora lejana», añade la ASJ.
Entre 2022 y 2024, indica que se ha ejecutado más de L1,648.7 millones en reforestación y conservación del bosque, monto superior a lo que se destina para la compra de medicamentos cada año. La mayoría de los fondos ha sido ejecutada a través del Programa Padre Andrés Tamayo, mediante el cual se ha restaurado 25,053.24 hectáreas.
Cabe señalar que, la cobertura forestal de Honduras es de 56 %, con una disminución de 5 % en los últimos 10 años; sin embargo, si se analiza las pérdidas netas, Honduras pierde más hectáreas que las que gana cada año.
De manera preocupante resalta la pérdida de hectáreas de bosque en Gracias a Dios, donde se encuentra La Mosquitia; el bosque más grande de Honduras (17.1 %) y uno de los cinco más grandes de toda Mesoamérica, que alberga además la mayor reserva de agua dulce del país.
En los últimos 20 años, La Mosquitia ha visto desvanecer cerca del 25 % de sus ecosistemas, debido a factores como: la pérdida de gobernanza forestal y débil presencia institucional, ganadería y agricultura extensiva, acaparamiento ilegal de tierras, sobreexplotación del bosque, crimen organizado y narcotráfico, invasión y usurpación de tierras, así como los efectos adversos del cambio climático.
Por lo anterior, ASJ recomienda a las autoridades, crear e implementar una estrategia integral para detener la deforestación, con enfoque en Gracias a Dios y el acompañamiento en la lucha contra el narcotráfico y la corrupción.
En el caso de los incendios forestales, se debe pasar de la reacción a la prevención, así como perseguir los delitos ambientales con el fortalecimiento de la Fiscalía Especial del Medioambiente y la Procuraduría General de la República, y la protección de ambientalistas y defensores de la tierra.
Dato
El incendio más devastador del 2024 sigue siendo el del Parque Nacional «La Tigra», donde más de 30 especies de flora y fauna resultaron afectadas.