Empleados salen a las calles en protesta contra la reforma de las pensiones

FRANCIA. Manifestantes en todo este país iniciaron huelgas este martes contra los controvertidos planes de reforma de pensiones del Gobierno. En ese sentido, las escuelas y las redes de transporte se vieron afectadas por segunda vez en el mes de enero.

Los sindicatos y los partidos de oposición le hicieron un llamado a la población a protestar en las principales ciudades, con la esperanza de que se repita la primera gran manifestación contra los planes del 19 de enero, donde participaron más de un millón de personas. Las huelgas de ese día paralizaron la red de transporte y cerraron la Torre Eiffel a los visitantes.

En la ciudad sureña de Marsella, la gente salió a las calles para protestar contra el plan del Gobierno de elevar la edad de jubilación a 64 años. Los manifestantes caminaron lentamente por el puerto de la ciudad, algunos con banderas rojas con los logotipos de los sindicatos de la Confederación General de Trabajo (CGT).

En la capital francesa se esperan grandes multitudes. Según el ministro del Interior francés, Gérald Darmanin se han desplegado 4,000 policías para garantizar que las huelgas se lleven a cabo «sin incidentes graves”.

Se espera que París sea la más afectada por las protestas. La agencia de transporte de la ciudad, Administración Autónoma de Transportes Parisinas, por sus siglas en francés (RATP), advirtió que los servicios de metro y tren suburbano estarían “muy interrumpidos”.

El operador ferroviario nacional SNCF, manifestó que dos tercios de los trenes del TGV, el Servicio Ferroviario Interurbano de alta velocidad de Francia, serían cancelados este martes y que solo operaría el 20% de los trenes regionales.

Air France canceló el 10% de los vuelos de corta distancia, pero expresó que las huelgas no afectarían los servicios de larga distancia. Eurostar, por su parte, canceló varios servicios entre París y Londres.

En total, están previstas 248 protestas en todo el país, así lo dio a conocer este martes Philippe Martínez, líder de una de las mayores confederaciones de sindicatos de Francia, CGT, a BFM-TV, afiliada de CNN.

A pesar de la acción masiva, el Gobierno del presidente Emmanuel Macron se mantiene firme en las reformas de pensiones planificadas, que aumentarán gradualmente la edad a la que los ciudadanos franceses pueden cobrar una pensión estatal de 62 a 64 años.

Por su parte, la primera ministra Élisabeth Borne manifestó que elevar la edad de jubilación “no es negociable”, durante una entrevista en la estación de televisión nacional France Info.

El Gobierno asegura que la legislación es necesaria para hacer frente a un déficit de financiación, pero las reformas han enojado a los trabajadores en un momento en que los costos de vida están aumentando.

Francia gasta casi el 14% del PIB en pensiones estatales, una de las tasas más altas entre los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).