Ónice Flores “Campanita”, una hondureña que superó los obstáculos y brilla con luz propia

Ónice Flores “Campanita”, una hondureña que superó los obstáculos y brilla con luz propia

SAN PEDRO SULA. Con una sonrisa encantadora, una mirada coqueta y una actitud totalmente positiva, así es Ónice Irisel Flores Pérez conocida como “Campanita”; una joven hondureña que brilla con luz propia y que a lo largo de casi una década de ardua labor, ha logrado a su corta edad ver los frutos de su trabajo.

Flores Pérez nació en Tegucigalpa, capital de Honduras, un 12 de septiembre de 1998. Saltó a la fama, luego de haber sido la palillona que más impactó por su belleza y talento en los desfiles patrios; sin embargo, la hondureña de 24 años ahora ha incursionado en una nueva faceta, el canto, y con su voz ha generado revuelo entre los catrachos.

Ónice Irisel visitó ayer la revista Salió El Sol, de Más Noticias Televisión (Canal 39), y tras su participación, dio detalles no solo de su trayectoria, sino también de sus proyectos, sueños y anhelos que con mucho esfuerzo ha ido materializando.

¿Desde qué edad la baila y su trayectoria?
“El arte siempre me ha gustado desde pequeña, en la escuela siempre traté de hacer partícipe en todo, ya sea novia del colegio, gimnasiada, palillona, lo que fuese, pues yo quería estar en el medio artístico. Ya profesionalmente, unos años después que salí como palillona, cuando aparecí en la portada de los medios, al siguiente año comencé en los medios de comunicación, y a partir de ahí voy agarrando experiencia, y comencé a viajar a países como Argentina y Colombia para profesionalizarme en el área del Bally Dance, que es mi pasión, la danza. De ahí se agregaron otras áreas como mis participaciones en las películas, así como teatro”.

¿Cuál ha sido su sueño?
“Mi sueño era cantar y hoy lo he podido hacer, y llegó el momento que yo dije, bueno, si no lo intento, no lo voy a lograr, tenía miedo, inseguridad y prácticamente salí de palillona en el 2015, cuando tenía 16 años, y ya han pasado nueve años de trayectoria, y con la canción Karma he tenido mucha aceptación, yo nunca pensé eso”.

¿Cómo ha sido la aceptación de la canción Karma?
“La verdad es que me sorprendí, porque generalmente cuando un influencer, cuando es alguien de las redes sociales que quiere venir a hacer este tipo de arte, es bien complicado y se presta al rechazo de las personas por el hecho que ahora todos quieren ser cantantes y toda la crítica, y yo pensé que iba a recibir bastante crítica, pero he recibido aceptación, y me siento muy feliz. Ya pasamos las 100 mil visualizaciones, pues se han sentido muchos chicos y chicas identificados con la canción y creo que eso es lo que pretendemos hacer, que la gente sienta”.

¿Cómo lidia con sus detractores?
“Hay que trabajar mucho en uno mismo, en nuestra mente para poder soportar y saber cómo llevar este tipo de críticas, y más que todo para tomarlas de dónde vienen, aunque algunas críticas no son malas, algunas son constructivas, pero uno puede recibir una crítica constructiva si nunca ha construido nada y hay que saber qué criticas tomar y no tomar, y las malas, saber cómo desecharlas y aprender a vivir con ellas. Yo decidí meterme a este medio y ahora no me queda más que aprender a vivir con esto, pero para eso hay que trabajar mucho en nuestra estabilidad mental”.

¿Ahorita con esta canción, qué le dice su familia?
“Están muy alegres, jamás la había visto tan feliz, y siempre había querido que yo cantara, pero yo tenía esa inseguridad, por eso opté por trabajar en los medios de comunicación y en eso yo no los miraba con ese amor o interés, y ahora que estoy con esto del canto, mi mamá no se pierde ninguna entrevista”.

¿Cómo Ónice ha enfrentado los momentos difíciles “vídeos”?
“Yo tenía una edad un poco más corta, creo que alcanzaba los 20 o 21 años, no tenía la experiencia que tengo ahora, mi estabilidad mental no estaba tan fuerte, pero yo no sé de dónde la saque y simple y sencillamente es algo que no me va a definir como persona y los que quieran seguir pensando en eso, y preguntando eso, pues que se queden ahí, yo ya pasé la página, ellos que se queden en la página primera, yo lo he sabido superar, y ahora no lo tomo como, hay malo lo que me paso, nadie me hable de eso porque, qué vergüenza, ahora, puedo háblenme de eso, porque soy también un ejemplo para las chicas que también lo pasan, a cualquiera le puede pasar”.

¿Usted es un ejemplo para aquellas jóvenes que también han pasado por lo mismo y lo han superado?
“Hay muchas que, a partir de este tipo de cosas, no quieren volver a salir, no quieren volver a dar la cara, se encierran, cierran sus redes sociales y piensan que nadie les va a volver a dar trabajo, pero uno tiene que poder a vivir con las consecuencias de nuestros actos, no errores, sino actos, porque en realidad cada cosa suma. He ayudado a muchas chicas y las he guiado para que denuncien ese tipo de hechos de las que son víctimas”.

¿Qué mensaje le da aquellas jóvenes que quieran ser influencer?
“Yo les diría, si a ellas les gusta, si les gusta agarrar la cámara, ponerse y hacer un Tik-Tok, que lo hagan que no importa qué le vengan a decir, y como vivimos en una sociedad machista y que no pueden ver a nadie en traje de baño, y que piensan que enseña, pero no deben sentirse mal, porque eso no define a ninguna mujer, es mi cuerpo y yo decido qué hacer con él, si mostrarlo o no, con tal y no le hagan daño a nadie, ni a su familia, hagan lo que sea, siempre y cuando sea la pasión de ellas”.

¿Se siente plena en su vida?
“Siento mucha felicidad, creo que ya necesitaba este punto de estabilidad que tal vez no me lo dejaban los problemas, pero ya aprendí que la vida sin problemas no tiene sentido. Entonces digo, pucha sino me hubiese pasado eso qué carrera tan plana hubiese tenido”.

¿Qué planes tiene Ónice a futuro?
“Siguen muchos planes, vienen grandes cosas, se viene un próximo tema y también queremos sacar un álbum con colaboraciones, vamos a hacer giras por Europa y por Estados Unidos. Y se viene una colaboración grande por Venezuela y también más adelante en nombre de Dios se vienen cosas más grandes”.