Cuaresma, «diablitos» y el honor militar

EDITORIAL. En pleno ejercicio espiritual de 40 días de reflexión acerca de la entrega de Dios hecho hombre en su hijo Jesucristo, por amor a la humanidad, para la redención de las almas. Nomás comenzar la Cuaresma, no es de menos tener sobresaltos por el exabrupto –gracias a Dios reprobado por el coordinador de Libre, Manuel Zelaya- del diputado Ramón Barrios, cuya trayectoria como catedrático y juez de Sentencia ha sido intachable y ejemplar, pero que ahora, desde que accedió a una diputación, se ha vuelto díscolo contra el mismo pueblo que le ha elegido.

         Los «diablitos» siempre se sueltan en Cuaresma y no digamos en Semana Santa, pero de eso a que otra diablura desencarnada de nuestra realidad surja, simplemente ya se ganó el repudio de la sociedad con la actitud de andar de caja de resonancia de la izquierda refractaria, por demás, de la libertad.

Vuelven a “puyar” al tigre con vara corta, como decía un exjefe «castrense», desde las mismas entrañas del poder, y eso no es válido para nuestra sociedad, cuyo último eslabón y garante de nuestro sistema republicano son precisamente las Fuerzas Armadas, ya que son honorables y respetuosas de la alternabilidad del poder. Las reacciones no se podrían dejar esperar, ya que los códigos de honor se han acentuado en nuestros días mucho más que aquellos tiempos de golpes de barracas de los años setenta. La república está incólume, pero la institucionalidad es la que quieren manosear, pero no hay manera, el pueblo hondureño sabe que se deberá defender ante esos «diablitos» agoreros, incluso en Cuaresma, que es un tiempo para que don Ramón también reflexione y que vea que su desempeño como catedrático y juez le vienen muy bien.