El Athletic más firme y coral enfila hacia Sevilla
Bilbao.– El Athletic Club enfiló hacia Sevilla con un choque en el Civitas Metropolitano sin concesiones a la estética pero con una labor firme y coral que le permitió finalizar con la magnífica racha como local del Atlético de Madrid e ilusionarse sobremanera con su partido fetiche y que es casi su razón de ser: la final de Copa.
El destino hacia el que vira es el estadio de La Cartuja, donde espera estar el 6 de abril y donde recibió en 2021, en plena pandemia, dos tremendos reveses en sendas finales frente a la Real Sociedad y el FC Barcelona en sus últimas finales.
Aunque ese mismo año también vivió una experiencia maravillosa, la de ganar una Supercopa, en la que también estaba la Real Sociedad, imponiéndose al Real Madrid en semifinales y superando al Barcelona en la final con un gol no menos para el recuerdo de Iñaki Williams.
De todos modos, si bien con la ventaja del 0-1 en la ida en Madrid y la vuelta en San Mamés los de Ernesto Valverde tienen mucho andado, ni mucho menos tienen los ‘leones’ el recorrido hacia la ciudad hispalense hecho.
El rival es de enjundia y cómo se las gasta el conjunto del Cholo Simeone ya lo conoce el Athletic, que tiene en los colchoneros a una de sus ‘bestias negras’ en la década y media que lleva encadenando en general buenas temporadas, muchas finales y hasta un par de títulos, dos Supercopas.
Una victoria de equipo, sin grandes nombres
Pero el Athletic ha salido reforzado del Metropolitano y lo ha hecho tras un partido coral, sin grandes nombres que lo protagonizasen y más producto del esfuerzo colectivo y el denodado trabajo defensivo que otra cosa.
Un detalle que encuadra bien cómo ganó el Athletic este miércoles es que lo hizo sin Nico Williams, su mejor jugador de largo en 2024, con un partido muy gris de Iñaki Williams, que se dejó en la Copa de África la buena forma con la que llegó a ellos, y sin Oihan Sancet, cambiado, y Gorka Guruzeta, lesionado, durante prácticamente toda la segunda mitad.
Es decir, que los de Valverde acabaron con la racha del Atlético de 28 partidos, con 26 victorias en ellos, y más de un año sin perder en su terreno de juego casi sin su afamado cuarteto ofensivo de la temporada, el que le tiene quinto en la tabla y cerca de los puestos de Liga de Campeones.
La reivindicación de los defensas
El partido fue una reivindicación no tanto de la defensa bilbaína como de los jugadores que la conformaron. Comenzando por el meta Julen Agirrezabala, menos presente esta temporada por algún error en la pasada y el paso adelante de un Unai Simón cada vez más indiscutible con la selección española.
Agirrezabala cometió un error en la primera mitad, pero se sobrepuso y hasta se creció después atrapando muchos de los numerosos centros laterales locales. Una gran virtud en los porteros.
Por delante, Iñigo Lekue salió vivo, que no fue poco, de su emparejamiento con Samuel Lino, quizás el más incisivo de los colchoneros, y hasta salvó un gol bajo los palos; Dani Vivian y Aitor Paredes dieron un clínic de cómo debe defender una pareja de centrales, sobre todo en el área, y Yuri Berchiche ofreció una solidez atrás que empieza a recordar a sus mejores temporadas.
Prados, el último descubrimiento llegado de Lezama
Aunque quien destacó sobre todos fue Beñat Prados, el último descubrimiento salido de Lezama. En un medio campo con gente de la confianza de Valverde como Mikel Vesga, Dani García y Ander Herrera, el navarro se ha hecho con un hueco y ayer fue el elegido junto con Iñigo Ruiz de Galarreta, otra agradable novedad.
Un gesto que delató a Valverde sobre la importancia que da ya al de la Txantrea es lo dolido que se sintió con la amarilla que vio. La consideraba injusta y además al jugador que estaba siendo clave en su medio campo. Quizás por ello no terminó el partido y su equipo bien que le echó en falta en el tramo final.
Como guinda, Prados se regaló el penalti de Reinildo que de momento ha decantado la eliminatoria para celebrar este jueves 8 de febrero su 23º cumpleaños.
En esa jugada recibió un balón filtrado de Guruzeta que obnubiló al central zurdo mozambiqueño y tenía muchas opciones de acabar en gol. Terminó la jugada como prometía, en el 0-1, pero después de que Alex Berenguer engañase a Jan Oblak desde los once metros.
Abrió el marcador el Athletic y después defendió ese gol con uñas y dientes, con un tremenda labor coral y defensiva no exenta de cierta fortuna que le permite enfilarse ya hacia una Cartuja que, no obstante, aún le queda lejos. A un partido en San Mames y ante el Atlético de Madrid. Envite siempre serio en ‘la Catedral, que decidirá el finalista. EFE