Entre cohetillos, dudas y más de lo mismo

EDITORIAL. Desde los tiempos no tan lejanos del inicio de la república como tal en 1838, después de separarse la anexión a México, Honduras no ha tenido un parteaguas en su historia. Los cacicazgos siguen a manera de mandamases e incluso vasallos de emperadores o gobernantes de otras latitudes. Se ha creado “cierta expectativa” con los cambios en el gabinete de la señora Xiomara Castro sin que se avizore un cambio en la conducta y manera de gobernar, esos cambios, precisamente, no significarán nada, ya hay una línea establecida.
Una de las cosas que más nos extrañan es la amplitud y licencia con que el vandalismo de los llamados “colectivos” que se volvió una arista beligerante sembrando –según ellos- el miedo entre la población, pero la población no es tierra fértil, no les teme y ese es otro de los graves problemas que se pueden dar y más en 2024 cuando comiencen a estallar los cohetillos de las campañas políticas muy a pesar de las leyes que da ciertos términos y fechas de cuando sí se puede hacer, pero ya sabemos cómo se desarrolla eso y la pérdida de tiempo y los más grave es la pérdida de la esperanza reflejada en la –literalmente- huida de muchos compatriotas que prefieren sufrir una kilométrica marcha para alejarse de nuestra tierra para buscar vivir con dignidad, cosa que no se puede hacer aquí debido a esas maneras de gobernar. ¿Y la Policía Nacional, con respecto de los “colectivos”? ¡Muy bien, gracias!
Será más de lo mismo o quizá peor, no se ve ninguna intención del asesor expresidente de soltar su empeño, con su terquedad, de convertirnos en otra cabeza de playa del comunismo, no lo logrará, pero su necedad provocará muchísimos problemas, muchísimos. Es una consigna ideológica, el pueblo es, al fin y al cabo, lo que menos les importa.