Finaliza Fenómeno del Niño y mayo aún se mantiene caliente
TEGUCIGALPA. Aunque el 10 finalizó, el Fenómeno del Niño, las temperaturas siguen pronosticadas para mantenerse altas este mes, pero se espera que la temporada de lluvias contribuya a un alivio gradual.
Ante esta situación, se insta a la población a tomar precauciones contra los «golpes de calor», especialmente en la zona norte del país, donde las lluvias son menos frecuentes.
Las primeras lluvias se esperan en la zona sur de Honduras, extendiéndose hacia otras regiones en la segunda mitad de este mes, lo que podría ayudar a mitigar las altas temperaturas, al menos en ese sector.
Sin embargo, la zona norte enfrentará desafíos con las altas temperaturas, ya que las lluvias en esa región suelen llegar solo con fenómenos naturales o frentes fríos.
Se pronostica que las temperaturas seguirán siendo altas en junio y julio, debido a una canícula que se espera que sea breve este año.
Los expertos hondureños también advierten sobre la posibilidad de fenómenos naturales en el Atlántico, alimentados por las altas temperaturas superficiales, lo que podría llevar a un aumento en las temperaturas en Centroamérica.
Francisco Argeñal, director del Centro Nacional de Estudios Atmosféricos, Oceanográficos y Sísmicos (Cenaos), señaló que lo que resta de mayo probablemente tenga temperaturas superiores al promedio, una tendencia que se ha observado desde el año pasado, que fue el más cálido registrado en la historia.
Argeñal destacó la importancia de estar preparados para los cambios climáticos y sugirió que los incendios forestales podrían estar contribuyendo a mantener las temperaturas elevadas en algunas áreas.
Se insta a la población a mantenerse hidratada y protegerse del sol, especialmente durante las horas pico de calor.
El riesgo de golpes de calor es especialmente preocupante para personas con enfermedades respiratorias y cardíacas, según advierten los expertos. Los «golpes de calor» han cobrado la vida de varias personas en la zona sur del país, incluidos jóvenes.
La falta de lluvia también está contribuyendo a la escasez de agua en algunas áreas, lo que lleva a racionamientos prolongados que afectan a la población, especialmente a los más vulnerables.
Además, las altas temperaturas están sobrecargando los circuitos eléctricos en el ámbito nacional, lo que resulta en apagones y racionamientos.