Cardenal Rodríguez pide a los diputados que escuchen a los que tienen hambre sed de justicia
El cardenal Óscar Andrés Rodríguez, durante su homilía.

TEGUCIGALPA. En la celebración eucarística dominical, el cardenal Óscar Andrés Rodríguez, meditó sobre el evangelio que narra las bienaventuranzas.

En su mensaje, el prelado recordó que, la felicidad que Jesús ofrece no es el resultado de una búsqueda humana, sino el fruto de una experiencia profunda de relación con Dios.

Explicó que la montaña simboliza el “lugar de Dios”, y desde allí Jesús proclama: ”Dichosos, bienaventurados, felices, porque el Reino de Dios no es un reino de tristeza ni de muerte, es un reino de vida y de felicidad”.

Rodríguez reflexionó que felices, declara el Señor a los pobres, a los sufridos, a los que lloran y a los perseguidos. A todos los que, de una forma u otra, sufren y se sienten excluidos.

MENSAJE DE LAS BIENAVENTURANZAS

La palabra de Dios dice: “Dichosos los pobres en el espíritu, porque suyo es el Reino de los Cielos”.

El arzobispo exteriorizó que los pobres de espíritu, los pobres de corazón, son los que no se apoyan en las falsas riquezas, porque se han encontrado con la verdadera riqueza en su interior. 

Agregó que “dichosos los que tienen hambre y sed de justicia”.

El líder de la Iglesia católica, dijo que todos aquellos para los que la justicia es tan necesaria, como la comida y la bebida, Jesús les promete que ese anhelo va a ser saciado. 

“Dichosos los que tienen hambre y sed de justicia, los que no han perdido el deseo de ser más justos ni el afán de hacer un mundo más digno”, meditó.

Añadió, “que bien cae este Evangelio, en estos días en los cuales se está debatiendo la nueva Corte Suprema de Justicia y qué no puede seguir siendo lo mismo de todo el tiempo y del pasado. Allí están claras las palabras del Evangelio, por favor, señores legisladores, escuchen la Palabra de Dios, escuchen que dice dichosos a todos los que tenemos hambre y sed de justicia, a todo este pueblo hondureño, que tiene derecho a tener justicia”.

ORACIÓN

“Señor, tú nos abres el camino hacia una verdadera felicidad. Dinos, dónde está la fuente de tu alegría. Indícanos dónde se encuentra el reposo de tu corazón”.