Francisco Martínez salta de Liga Mayor a la Selección de Honduras

Francisco Martínez salta de Liga Mayor a la Selección de Honduras

SANTA CRUZ DE YOJOA, CORTÉS. El entrenador Diego Vázquez estuvo en Las Vegas, Santa Bárbara, en la gran final noroccidental entre Pumas y Roma, donde un jugador le llamó su atención y lo invitó al microciclo de la Selección Nacional de Honduras. Se trata de Francisco «Darlin» Martínez, volante de 29 años, de la aldea de Santa Elena, Santa Cruz de Yojoa, Cortés. Es hijo del árbitro Carlos Martínez y hermano del asistente de línea Darinel Martínez.

El capitán de Pumas cuenta a Más Noticias Televisión su trayectoria en el fútbol, sus duras lesiones, el apoyo de su esposa Verónica García y de su entrenador Cristian Rodríguez.

¿Tu nombre es «Darlin» o Francisco?
«Mi papá me puso Darlin desde el principio, pero en el Registro Nacional de la Personas le dijeron que era nombre de mujer, entonces me puso Francisco Enrique. El primer nombre es por mi abuela Francisca. El asunto es que desde antes de registrarme todos me llamaban Darlin y así me quedé».

¿Cuál ha sido tu trayectoria en el fútbol?
«Empecé en Pumas, no el de Las Vegas, sino el de mi aldea. Jugué desde infantil hasta llegar a Liga Mayor. Disputé una departamental. Llegamos lejos hasta que Limeño nos superó en la triangular final. Luego pasé al Municipal de Santa Cruz de Yojoa, con el que enfrenté a Real España y Olimpia en Copa Presidente».

¿Por qué no seguiste jugando en Liga de Ascenso?
«Municipal vendió la categoría al Santos y no me quise ir. En Liga de Ascenso me tocó aguantar hambre y andar a jalón. No quería pasar por lo mismo».

¿Por qué no te probaste en un equipo de Liga Nacional?
«Por falta de recursos. Nadie me llevó a ningún equipo de Primera. No se dio la oportunidad».

¿Cómo se dio tu llegada a Pumas?
«Por el entrenador Cristian Rodríguez. Él me ha dado su apoyo moral y económico. Es como un padre para mí. Hace poco mi plan era irme para Estados Unidos, pero me quedé con Pumas por el entrenador y el proyecto de ascender».

¿Cómo ha sido esta temporada?
«Muy difícil por las lesiones. En semifinales del departamental contra Gualala me rompieron la nariz. En el primer tiempo pegué en la cabeza de un compañero y en el segundo tiempo un rival me dio un codazo. Me sacaron los cartílagos. La operación costó como 60 mil».

¿Cómo fue el proceso de recuperación?
«Sentía que no podía más. Fueron cuatro noches sin dormir, porque me incomodaban unos plásticos que me metieron en la nariz. Mi mujer estuvo cuidándome en todo momento. Se desvelaba a mi lado. Me sacó adelante».

¿A qué te dedicas además de jugar al fútbol?
«Trabajo en las piñeras de 7:00 de la mañana a 2:00 de la tarde. Fíjese que en una departamental me perdí un partido contra el Trinidad, porque en la piñera me metí el machete en el pie (sufrió una herida). Como pude logré recuperarme para el juego de vuelta y metí un gol».

¿Cómo tomas la invitación a este microciclo con la Selección?
«Agradecido con Dios. Cuando me cayó la llamada no lo podía creer. Todo jugador anhela llegar a Primera División, pero esto de la Selección es increíble, es un sueño».

¿Estás listo?
«Sí, a mí me encanta entrenar. El viernes que terminó la final yo estaba para jugar un partido más si era necesario».

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