MUJER Y DESARROLLO DE PAÍS

MUJER Y DESARROLLO DE PAÍS

La formación ciudadana es fundamental para lograr la transformación del país; se requiere del desarrollo de los conocimientos para que la sociedad hondureña pueda discernir sobre sus derechos y deberes, sobre la moral y la ética, así como de conocimientos indispensables para vivir en democracia participativa y la identidad nacional entre otras.

Para lograrlo el empoderamiento de la mujer es imprescindible como parte de la estrategia de impulso para el desarrollo, en cumplimiento a los derechos humanos y de la genuina aspiración de cada una para ser agente de cambio, especialmente de lideresas comunitarias y en política interesadas en la transformación de Honduras que puedan formar parte de mujeres en cargos importantes para la toma de decisiones.

Pero, si las mujeres ya somos comprometidas y solidarias y de alguna manera hemos acompañado en todos los momentos relevantes de la historia de nuestro país y de la humanidad, ¿por qué se requiere la formación? Se requiere formación porque el mundo está en deuda con nuestro género, porque hay muchas barreras que romper y aun llegando a los más altos cargos, debemos reclamar el respeto de nuestros pares.

La tenacidad de algunas lideresas que han roto paradigmas sociales ha aportado mucho a lo largo de la historia en el mundo, han demostrado la capacidad de la mujer para hacer cambios significativos en la sociedad. Con la fuerza de los movimientos feministas se logra apenas hasta el siglo pasado el derecho al voto. Hoy la comunidad internacional nos acompaña en este desafío, que parece lógico pero difícil en la práctica.

Se requiere de credibilidad y sororidad, de la confianza en nuestro propio género, lejos de ser una jueza más, porque el juez está afuera, además está en casa, en nuestra comunidad, en la sociedad. Que podamos creer que nosotras podemos hacer ese cambio en un caminar juntas para ayudar a otras a lograrlo, a continuar y avanzar.

Se requiere de sororidad para ser una fuerza, ese agente transformador que influencie positivamente en su entorno, desde casa, porque si la familia es la base de la sociedad, la base de la familia es la mujer, de ella depende gran parte la fuerza que necesita Honduras para salir adelante.

Es el mundo el que debe acostumbrarse a nuestras formas, sin perder nuestra identidad femenina para hacer valer nuestra voz, haciendo uso de la intuición y la sensibilidad que nos caracteriza, porque es precisamente eso lo que se requiere en la política, en nuestras empresas e instituciones: Una mirada de sabiduría femenina, sensible, empática, en respeto a la vida.

Hoy vivimos momentos importantes en la historia de la humanidad, parece que no aprendemos la lección, pero me pregunto, si los gobernantes de las grandes potencias fueran en su mayoría mujeres, ¿viviríamos en guerra hoy en día? Creo que el tema de moda está retrasado y que hoy más que nunca tenemos prisa.

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