Retorcimientos “educativos”

Retorcimientos “educativos”

REDACCIÓN. Cuando de sistemas educativos se trata, no cabe argumentar, a manera de falacia, ningún tipo de estereotipo o exclusión alguna contra ningún alumno. Esa cantaleta ya hace años la venimos escuchando por lo formidable que puede resultar como caldo de cultivo para el experimento social de convertir a los seres humanos en seres pusilánimes, débiles, sin conciencia crítica ni aspiraciones de soñar con un mundo mejor.
Sin duda alguna, no se le puede faltar el respeto a alumnos, maestros o funcionarios de Educación en Honduras, pero que tampoco desde esos funcionarios llegue a las playas de la conciencia de los niños –playas vírgenes que pretenden ser vistas como descubrimientos de nuevos mundos y tierras a arrasar y conquistar- mediante leyes que solo van erosionando la capacidad de saber diferenciar entre el bien y el mal.
No se trata de ser conservadores, se trata de la verdad, la fementida ley de educación no es más que el picahielos para abrir el témpano de la mente del cuerpo social hondureño, para promover el libertinaje sexual, el maltrato a las mujeres, lo cual ha repuntado en los últimos años hasta el grado de asesinarlas y que todo eso quede impune, el aborto, y ver los embarazos como si fuesen tumores o alguna enfermedad lo que lleva dentro de sí el cuerpo de una mujer.
Hacia ese sitio tenebroso, como el peor de los cuentos de terror o película macabra, a una ínsula de desolación infernal nos quieren llevar, donde las consecuencias las habrá de pagar la generación venidera y quienes les sucedan, basta ver cómo está el mundo en la actualidad, aunque sean unas cuantas micras de decencia, todavía subsisten entre nuestro pueblo y dentro de esas instancias habrán de surgir nuevos liderazgos, con jóvenes con academia, con valores morales, conscientes y valientes para poner al derecho todo lo que se ha hecho mal durante 200 años.

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