No se debe tener miedo a la represión

No se debe tener miedo a la represión

EDITORIAL. Ya están sacando las garras de la represión ante las justas protestas de los estudiantes de Radiología en Honduras. Así comienzan a mostrar los dientes de lo que será en el futuro la instauración del comunismo en nuestro país. La población no debe permitirlo ya que, al no hacer unidad, simplemente se les está entregando todo lo que tanto está costando.
La represión es un fenómeno preocupante que plantea serias interrogantes sobre los principios democráticos y los derechos humanos. Cuando un gobierno opta por reprimir en lugar de abordar las preocupaciones legítimas de sus ciudadanos, se socava la base misma de la democracia y se generan tensiones sociales.
Las protestas a menudo son una expresión legítima de la voz ciudadana y una herramienta para señalar problemas sistémicos. Cuando estas manifestaciones son reprimidas, se niega a la sociedad la oportunidad de expresar sus inquietudes y se crea un ambiente en el que las tensiones pueden intensificarse.
También puede tener un impacto negativo en la percepción internacional del país. Los gobiernos que recurren a tácticas represivas pueden enfrentar críticas y sanciones por parte de la comunidad internacional, lo que puede afectar las relaciones diplomáticas y la reputación del país en el escenario mundial.
Puede tener consecuencias a largo plazo en la cohesión social. Al negar a los ciudadanos el derecho a la protesta pacífica, se fomenta la desconfianza hacia las instituciones gubernamentales y se alimenta el resentimiento. Esto puede conducir a una mayor polarización y a un clima social tenso, lo que dificulta la construcción de consensos y soluciones efectivas a los problemas planteados por los manifestantes. Unámonos y seamos más identificados unos con otros.